Art by Mariana Crottollini (Argentina)
No podemos ofendernos sólo los domingos por la noche.
Por Guillermo Cides
La bofetada del Sr. Will Smith al Sr. Chris Rock durante la entrega de los premios Oscar, es falsa. Está basada en el principio de la ofensa dentro de un marco que nunca reparó en ello. Hollywood ha sido y sigue siendo una gigantesca maquina de picar carne. Carne de mujeres, carne de dinero y carne de personas que harán lo que sea por un poco de fama. Los premios Oscar, de discutible calidad y justicia, es el punto alto de la montaña de un imperio basado en la cultura norteamericana donde el dinero es jefe. Humoristas dudosos que son anfitriones de la noche, tienen desde hace años la misión de incomodar a los asistentes hasta el límite – no hace falta más que recordar las intervenciones de Ricky Gervais en los Golden Globes. Pero mientras el mundo se divide entre los “se lo merece” y los “fue una acción machista”, las verdaderas guerras y bombas en el mundo pierden color ante la bofetada televisiva. Mientras el “Me too” encarcela a Harvey Weinstein dejando al descubierto un pastel que aún se sigue comiendo en Hollywood, un dudoso héroe aunque mejor actor gana un Oscar y decide repartir violencia por violencia como ejemplo para terminar la noche. O ponemos bombas o no las ponemos. O formamos parte o dejamos de actuar. O dejamos de hacer chistes machistas o los hacemos. Pero no podemos ofendernos sólo los domingos por la noche, mientras el mundo se cae a pedazos.
G.C.
