EL BLOG SILENCIOSO

Mi casa.
Nunca la había visto como ahora.
Se ha transformado en algo valioso. Sus rincones, sus escaleras. La cocina, el patio. Escondites únicos que me pertenecen, que me hacen libre. Esquinas que me cuidan bajo un techo protector, la lluvia fuera, y yo dentro escapado, salvado. Esta casa, que era una mas, es ahora la única. La que me salva del mundo, la de la música fuerte, la del silencio en la noche.
Quien iba a decirlo: hay paredes que tienen el don de cuidarte, de dejarte hacer, de crear una fiesta. De escuchar tu canto. Hay espacios que son históricos, que se llenan de sonidos propios y que, sin saberlo, se adueñan de tus recuerdos.
Esta casa mía, es ahora mi horno, mi sábana, mi olor a pan recién hecho. Mi Bill Evans con un vino tinto, mi radio, mis mates, mi calma. Mi reflexión.
Las casas son como los silencios en la música, siempre están llenos de algo que no comprendes, de una necesidad que solo se aprecia al final cuando la melodía es completa y recién entonces, nos damos cuenta que todo ha girado en su vientre, en sus habitaciones llenas de recuerdos, llenas de cosas con significado, de sonidos atrapados en las paredes escondidos sin mostrarse.
Y cuando el sol cae se retiran los sonidos, los recuerdos y las palabras.
Y solo quedamos la casa y yo, en silencio.
El mas maravilloso silencio del mundo.

G.C.