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Bitácora personal de Guillermo Cides

EL BLOG SILENCIOSO

Art by Mariana Crottollini (Argentina)

La música del futuro será terriblemente aburrida. A menos que exista una revolución…

EL TEMIBLE CONFORT DE LA MÚSICA.

Por Guillermo Cides

La música, como otras artes, siempre se ha caracterizado por el surgimiento de artistas que de una manera u otra se atrevieron a recrearla con conceptos nuevos, arriesgados y vanguardistas yendo mas allá del limite cultural y social de sus épocas.
Para ello hace falta un entorno de creación anárquico y desafiante: lo nuevo y revolucionario, no crece en la comodidad.
Cualquier vista atrás en el tiempo con una mirada sociológica puede demostrar esto. Hace falta que los artistas enloquezcan, que se arriesguen a formatos que no son comerciales y luego de todo ese caldo inicial, se forje finalmente una cultura musical que represente a ese período.
Olvídense, entonces, de todo esto que acabo de decir: las redes sociales y el “nuevo sistema de status” basado en likes, junto a los sistemas de mecenazgo o “donaciones para el proximo album”, hacen que los músicos pierdan el atrevimiento de la búsqueda con el mero objetivo de complacer a sus futuros seguidores.
La música de los próximos años -y mucha de la que ya se oye- es condescendiente.
Mientras que la tecnología permite crear música 3 veces mas rápida y fácilmente que años atrás, el publico aún no se ha dado cuenta que deben exigir 3 veces mas calidad. Lejos, muy lejos de provocar, la música ha pasado a ser música de restaurante. Y no me refiero al lugar en DÓNDE tocas, sino LO que tocas. El “músico de red social” necesita formar parte de una fiesta popular virtual que le ha quitado la chance del atrevimiento y la rebeldía. La música se transforma poco a poco en un elemento de consumo artificial qué, lejos del origen, ya no invita a la introspección, al necesario desacuerdo social, al obligado rol de artista cuestionador. No hace falta ser político para cambiar una sociedad: la música y el arte en general también pueden. Pero como en toda demagogia, también los músicos se transforman en conservadores ajustando sus acordes a un dudoso gusto general. Lo curioso es que los ídolos de esos mismos músicos predicaban justamente lo contrario y fueron el resultado de búsquedas musicales e incesantes pruebas de estilo. Y aunque el negocio de show business es solo una parte responsable de ello, son fundamentalmente los músicos quienes se acomodaron en los sofás para hacer música.
La música del futuro será terriblemente aburrida. A menos que exista una revolución que cambie el paradigma del mundo musical y la forma en que se comparte, los músicos serán parte de una “cadena olvidable de eventos” sin cumplir el mas preciado y simple objetivo de la música: modificar a los demás.
Quizás convenga ser anónimos.

G.C.

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